El reconocido medio de comunicación El Tiempo destacó este 16 de noviembre en su sitio web, el mecanismo que ha venido usando el Centro Colombiano de Derechos, CDR, en defensa de los derechos de autores y editores.
Se trata del licenciamiento digital, a través del cual el CDR vigila y controla el uso secundario de obras digitales en plataformas o aulas virtuales, obteniendo un reconocimiento económico que es distribuido en forma de regalías entre los autores y editores afiliados.
«Tan solo una década después de la formación del Centro Colombiano de Derechos Reprográficos llegarían decenas de plataformas digitales, cientos de canales y medios, donde sus libros serían copiados digitalmente para ponerlos a disposición de audiencias gigantescas sin contar -en la gran mayoría de los casos- con sus consentimientos para ser publicados o compartidos con otras personas y sin poder verse remunerados económicamente por el esfuerzo habitual de su trabajo», dice un fragmento del publirreportaje.
El CDR ya había previsto esta tendencia hacia lo digital y venía actuando al respecto: “En consecuencia, empezamos a trabajar con algunas entidades universitarias y entidades de educación superior, buscando el pago de estos derechos legalmente consagrados”, explica Carvajal (…)
“A mediados del año pasado hicimos un acercamiento con la Asociación Colombiana de Universidades – ASCUN y firmamos un convenio con ellos que involucra a decenas de universidades en Colombia. A raíz de ese convenio se empezó a normalizar el cobro de esos usos secundarios de las obras en el ámbito de las Instituciones de Educación Superior”, expone uno de los apartes de la entrevista con el expresidente del Consejo Directivo del CDR, Álvaro Carvajal.
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