En un mundo en constante cambio, donde la tecnología transforma nuestras rutinas y maneras de aprender, el libro sigue siendo un pilar esencial en la formación de estudiantes, docentes y ciudadanos comprometidos. Lejos de perder relevancia, hoy más que nunca, el libro se mantiene como una herramienta poderosa para educar, inspirar y construir futuro.
Desde la escuela hasta la universidad, el libro acompaña a los estudiantes en su proceso de descubrimiento del mundo. Gracias a él, niñas, niños y jóvenes exploran las ciencias, las humanidades, las artes y la historia; se maravillan con nuevas ideas, cuestionan su entorno y despiertan su imaginación. Cada página puede ser una puerta hacia el conocimiento, una ventana a otras culturas o una chispa para el pensamiento crítico.
Para los docentes, los libros no solo son fuente de conocimiento, sino aliados fundamentales para preparar clases, enriquecer sus metodologías y mantenerse actualizados. Enseñar requiere formación continua, y esa formación nace, en gran medida, de la lectura y el estudio de libros que han sido cuidadosamente escritos y editados por profesionales del conocimiento.
Preservar y fortalecer este vínculo entre el libro, la enseñanza y el aprendizaje es una apuesta por el futuro. Si como sociedad queremos formar profesionales éticos, creativos y responsables, necesitamos que los libros sigan estando presentes en cada etapa de la vida educativa.
Gracias al derecho de autor y al trabajo de quienes crean, escriben, editan y publican libros, hoy es posible contar con bibliotecas que resguardan y comparten un universo de saberes. Y gracias a estos contenidos, existen también profesiones fundamentales como la de los bibliotecarios, quienes con vocación y conocimiento hacen posible el acceso organizado, ético y enriquecedor a miles de obras. Sin autores, sin editores, no habría libros; y sin libros, no existirían las bibliotecas tal como las conocemos: espacios vivos de cultura, aprendizaje y encuentro.
El libro no es un lujo ni un complemento. Es una herramienta insustituible de crecimiento humano. Por eso, desde el Centro Colombiano de Derechos Reprográficos – CDR, promovemos el respeto por el derecho de autor y el acceso legal a los libros como una forma de proteger a quienes los crean y asegurar que continúen nutriendo la educación de hoy y de mañana.
El compromiso con los libros es, en el fondo, un compromiso con el conocimiento, la cultura y el desarrollo de nuestra sociedad.